GOB Menorca. Hay crisis económica en Menorca, en Francia, Alemania y Estados Unidos. En Gran Bretaña rescatan bancos. En Islandia se han hundido. En Grecia lo está apuntalando la Unión Europea …
A primera vista, la crisis parece un problema internacional, derivado de la falta de control de los mercados financieros. Pero, como sabéis, gracias a algunas noticias locales ya las profundas reflexiones de determinados articulistas y tertulianos, en Menorca la crisis económica es culpa del Plan Territorial Insular (PTI), que «protege demasiado».
Alguien ha dicho que tenemos una cultura política que tiende a basarse en temas simples. Importa el titular, y no el contenido de la noticia. Un terreno idóneo para la demagogia. O para el análisis superficial que desvía la atención de las cuestiones importantes y dificulta el encuentro de soluciones.
Es muy cierto que las administraciones son muy lentas. Pero lo son en Menorca y en todas partes. Esto no tiene nada que ver con el PTI, sino con un problema de eficacia y de eficiencia en el funcionamiento público.
Es muy cierto que los trámites para llevar adelante proyectos son largos y laberínticos. Y que se deben pedir informes a muchos departamentos. Pero es una realidad que afecta por igual a Menorca y en todas partes.
Y es que estas cuestiones no tienen nada que ver con el Plan Territorial de Menorca, sino con la aplicación de normativas europeas, estatales o autonómicas. Debe cumplir la legislación de seguridad laboral tanto un pescador de Fornells como un carpintero de Asturias. Debe minimizar las barreras arquitectónicas tanto un bar de Es Migjorn Gran como un museo de Barcelona. Debe valorar el impacto ambiental tanto una bodega de La Rioja como una bodega de Alaior.
Lo que sí hace el PTI de Menorca es proteger el campo de la parcelación para hacer viviendas residenciales. No impide construir edificios ligados a la explotación agraria, sino las viviendas. Precisamente para evitar lo ocurrido en Mallorca y en Ibiza (y en todo el litoral peninsular). Son ejemplos bien cercanos, donde el sector inmobiliario y las actividades especulativas (comprar a precio de rústico y vender a precio de urbano) están arrasando los paisajes y eliminando los campesinos.
Estos intereses especulativos son los que más ganas tienen de hacer confundir la complejidad administrativa oficial con la norma de protección territorial. Si desprestigio el PTI, el campo de Menorca será para el cemento, no para la viña.
Tras los árboles que nos quieren hacer ver que han impedido construir una bodega, no existe el bosque del PTI. Está el bosque del dinero negro, los billetes de 500, de los que más han hecho para provocar la crisis económica que ahora nos afecta.
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