Es prácticamente imposible, por no decir imposible del todo, que hoy en día una persona normal, de clase media, sin tener una voluntad clara de mantener las cuentas familiares saneadas pueda llegar a tenerlas. Es más, aun teniendo un claro objetivo y un ánimo muy definido, puede incluso que no lo logre, habida cuenta de los imprevistos que surgen y de las necesidades que nos creamos.
Este argumento es igualmente válido para las administraciones públicas. Por ello, siendo grave la situación económica del Ayuntamiento de Mahón rozando el límite de endeudamiento legal y muy reprobable que seamos los ciudadanos de Menorca que pagamos los impuestos más altos y unos de los que más pagamos en toda España, lo peor de todo ello es que el alcalde Artur Bagur no tenga la más mínima intención de rebajarlo utilizando el manual del PSOE: exprimir al máximo al ciudadano. El PP, en cambio, bajó los impuestos: Es Castell, Ciutadella y la Comunidad Autónoma con la eliminación del impuesto de sucesiones son algunos ejemplos.
Nadie, a estas alturas, puede pensar que los ciudadanos no quieren pagar impuestos, ni que haya determinados tipos de gastos que por muy impopulares que resulten se han de acometer desde la administración. El PP no va a caer en la demagogia de anunciar que no habrá impuestos si llega a gobernar; lo que habrá es austeridad, rigor y contención en el gasto público.
Es por ello que es del todo inadmisible la campaña que ha puesto en marcha Artur Bagur y los doberman del PSOE para tratar de desviar la atención con el objetivo de cerrar página cuanto antes, actitudes que son en sí misma una muestra más de que no se creen ni ellos mismos lo que intentan vender a los ciudadanos.
A estas alturas, no cuela que ahora Artur Bagur nos inunde con cifras para marearnos y demostrarnos que hacen algo. Eso faltaría, que el Ayuntamiento no atendiera a nadie y que no tuviéramos ni geriátrico. Esa no es la cuestión.
Tampoco cuela la capitalidad. Es un argumento que se cae por su propio peso, ya que al municipio no le cuestan un euro los servicios supramunicipales que presta y en cambio aportan una riqueza que ya querría para sí cualquier ciudad de España. ¿Quién no quiere un aeropuerto con la gran cantidad de puestos de trabajo que genera además de un servicio de primer orden a los ciudadanos? ¿Quién no quiere un hospital con la cantidad de puestos de trabajo que genera y el servicio que presta? ¿Quién no quiere un equipo en ACB con la actividad económica que genera y el componente de ocio y satisfacción ciudadana que tiene? De hecho, ¿qué sería de Mahón sin todo este tipo de servicios?
Tampoco se sostiene culpar de la bancarrota municipal a la cesión de solares para determinadas instalaciones supramunicipales, ya que el Ayuntamiento dispone de suficientes instrumentos para evitar que dichas operaciones sean onerosas para los ciudadanos. Hasta un niño sabe que el polígono IV fase no le cuesta un euro al consistorio y, si lo hace, es por mala gestión de quien detenta el 51% de las acciones, ya que lo lógico es repercutir todos los gastos generados al precio final del metro cuadrado…
Por lo tanto, no hay excusas. Mahón es una ciudad cara y el equipo de gobierno socialcatalanista no tiene intención de que deje de serlo, que es lo más preocupante.
Un buen propósito de enmienda es empezar a rebajar los gastos de publicidad, ya que medio millón de euros al año es mucho dinero; eliminar las publicaciones propagandísticas; a pensarlo dos veces antes de regalar libros que nada tienen que ver con la ciudad (Zulu, Código da Vinci, Copa América, más de 1.100 euros); a pagar con la visa particular las invitaciones a cenar a alcaldes socialistas en calidad sólo de socialistas en visita privada como el de San Sebastián en agosto de 2004 (375 euros) que o bien salió a 187,5 euros el cubierto o bien los mahoneses también invitaron a sus respectivas parejas, a razón de 93 euros el cubierto, que no está nada mal; a eliminar los regalos a los concejales que se van al Congreso de los Diputados (un cuadro a Gracia Muñoz 245 euros); a reducir los viajes inútiles como al Forum de Barcelona; a tirar de menú para ir a comer con el delegado del Gobierno y el director insular (466,19) que o bien alimentó a más gente que no aparece en las facturas o costó el cubierto a los sufridos ciudadanos 155 euros; a rebajar facturas de flores de 759 euros; y a justificar los gastos sin justificar de centenares de euros…
PD: No voy a caer en la provocación de contestar al manual de Ernest Ribalaiga recordándole los pormenores de las corruptelas socialistas, empezando por el caso Estribor, acabando con Filesa, pasando por el saqueo de los fondos reservados, las comisiones del AVE, el papel del BOE, los vestidos de Pilar Miró, el hermanísimo de Guerra o ahora de Manuel Chávez, las comisiones a Roldán o Urralburu, entre otros.
Fernando Carretero, Secretario General de la Junta Local del Partido Popular de Mahón,
Email, 10 Octubre 2006.
Fuente: Fernando Carretero.