Creo recordar que fue Newton el que dijo aquello de “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”.
Todos necesitamos apoyarnos; muchas veces no escogemos ni el lugar ni el momento, ni la persona en la que poner nuestros anhelos. La necesidad de amor de la persona, amar y ser amado es lo mejor que puede ocurrirnos. La ansiada intercesión de las vidas que han de ir a lo largo de la existencia, conviviendo, compartiendo y encontrando, cómo te diría… el punto de equilibrio, la comprensión en los avatares de la vida, en las más diversas contingencias que irán jalonando y dando carácter y sentido a nuestra vida.
Hay que saber lo que verdaderamente queremos. Hay que elegir, y la inteligencia nos lo irá dictando si no nos empecinamos en elegir otro camino. Cuando la senda nos parece que merece la pena, seguiremos tal vez sorteando las dificultades, que siempre las habrá, pero en compañía –bien elegida- el caminar será agradable porque en la dificultad del itinerario estará ese punto de apoyo que nos ayudará a apartar y vencer las quebradas del camino.
Quiero, si me permites tutearte, sin ningún derecho, sólo continuar escribiendo en la certeza de que muchas veces has leído mis cartas. No he pretendido “pontificar”, sólo contarte cosas que he leído y me han parecido interesantes para compartir. Y repito, continuo, que hay que saber encontrar el punto de apoyo que puede mover este mundo nuestro. Este “planeta azul” tan maltratado, tan en crisis. El único que tiene la fuerza para mantener bien sujeta la palanca con la que intentamos mover, no zarandear, sólo moverle hacia el conocimiento de la vida. La vida que merece la pena vivir; la que hace agradable a los que nos rodean. Podremos, con su ayuda, si sabemos entregarnos, unas consecuciones insospechadas. Cada uno con su palanca de entrega, de pensar en los demás, haremos que el punto de Apoyo se mantenga –nunca defrauda- y hará que el mundo no vaya a trompicones, al movimiento de los capitales que enriquecen a unos pocos, demasiados, a costa del hambre y de la penuria de gran parte de este mundo que no parece importarles. Nadie piensa que la vida es un regalo y la única que merece la pena es la de entregarse, solidaridad, comprensión y amor. Haced que la palanca impulse al mundo desde su punto de Apoyo.
Fuente: Alfredo Hernández Sacristán