El mercado de trabajo en Baleares; aplicación del Contrato Único Indefinido a la realidad económica en Menorca.
Desde el punto de vista del empleo, Baleares se caracteriza por un elevado número de pequeñas empresas, el 80% de las empresas son unipersonales o familiares, la mayoría cuentan con uno o dos empleados, pero también existe un número de grandes empresas relacionadas con el turismo, transporte de viajeros y de nuevas tecnologías.
La economía balear está basada en el sector servicios y especialmente en las actividades turísticas, concentradas especialmente en el segundo y tercer trimestre del año. Hostelería, Comercio y reparación vehículos, actividades sanitarias y servicios sociales, actividades administrativas y Servicios auxiliares, emplean el mayor número de trabajadores.
Según información del Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal de Illes Balears, la evolución de la contratación registra una leve mejoría en términos cuantitativos, respecto al año anterior, no así en calidad del empleo a tenor de la escasa estabilidad y estacionalidad que se observa en la contratación.
Actualmente, la contratación de empleados en Menorca, al igual que para el resto de islas, se ve sometida a una legislación confusa y perniciosa, que no favorece a trabajadores y ni a empresarios, a largo plazo este modelo incentiva la precariedad, alta rotación de trabajadores, baja productividad, poca cualificación profesional, desmotivación. Y en consecuencia, afecta a todos los sectores de la economía de la isla.
En primer lugar, la actual legislación crea en el empleador el temor (casi terror) a “tener que cargar con un fijo”. Los pequeños negocios (tiendas, bares, talleres, industrias artesanas, fincas agrícolas, etc.) todavía recuerdan con horror lo sucedido cuando se inició la actual y persistente crisis económica: obligación de pago de indemnizaciones insoportables para pequeñas empresas y, lo que fue peor, conflictos entre personas que durante años habían convivido amistosamente. Conclusión: en la actualidad nadie se atreve a contratar a nadie.
En segundo lugar tenemos los trabajos de temporada, que son la base de la economía actual. Lo más normal es un contrato temporal que dura dos temporadas porque, ¡oh, horror!, al tercer año el trabajador podría adquirir la categoría de “fijo”. Conclusión: al tercer año el empresario contrata a un nuevo trabajador que debe aprenderlo todo; y el empleado se ve obligado a colocarse en un nuevo establecimiento cuyo entorno y tareas no le son familiares.
Una posible solución pasaría por, estabilizar la contratación, el Contrato Único Indefinido que aplicará Ciudadanos (Cs) resuelve ambas situaciones. Consiste en una relación laboral en la que no se fija límite. Al mismo tiempo se acuerda establecer una aportación mensual para crear un fondo destinado a indemnizar al empleado en caso de cese de la relación por cualquier causa.
Con esta sencilla y sensata fórmula quedan resuelto los dos problemas. El propietario de un pequeño negocio deja de temer el hecho de contratar empleados. Si por cualquier causa se debe cesar la actividad, el trabajador recibirá el importe de su fondo según el tiempo trabajado. Sin el riesgo de arruinar totalmente el pequeño empresario.
En cuanto a los trabajadores de temporada es evidente que, al llegar la primavera y reiniciarse la temporada turística, el empresario preferirá contratar de nuevo al trabajador del año anterior en lugar de a un novato. Y el empleado se alegrará de regresar a un lugar conocido y a una tarea que le es familiar, con la experiencia acumulada en años anteriores.
Así de sencillo. Sin buscar complicaciones jurídicas, económicas, sociales y políticas propias de los que, por una u otra razón, sólo buscan “embolicar la troca”.
Autor: Eugenio Ayuso