La batalla contra la crisis económica desencadenó una guerra suicida de precios sobre muchos productos alimentarios, en la que han venido participando fabricantes y distribuidores en estos años y que sí no se detiene (y parece que no) puede hundir en el abismo al sector productor de alimentos. Esta fue una de las conclusiones del XIV Encuentro del Sector de Alimentación y Bebidas, organizado por el IESE Business School y que se celebró recientemente. La única salida para no ir hacía males mayores es, al parecer, una concertación entre las partes que evite continuar con la pérdida de los márgenes y del valor añadido, y seguir perdiendo competitividad. En el encuentro participaron economistas y empresarios de la distribución. Se olvidaron, obviamente, de lo que opinan productores y consumidores.
Fuente: Domingo Martínez Madrid