En el contexto excepcional en el que nos encontramos, las muestras de solidaridad se multiplican en Alaior. Muchas son las personas que, voluntaria y altruistamente, se han ofrecido para ayudar de alguna manera a paliar los efectos devastadores que en nuestras vidas ha ocasionado la aparición del COVID-19.
Una vez las autoridades sanitarias anunciaron la conveniencia de utilizar mascarilla al salir de casa para acudir a realizar la compra o a la farmacia, por ejemplo, y dado que, actualmente, salvo con dificultad los profesionales sanitarios, nadie tiene posibilidad de conseguir este material, por ninguna vía, en una población de gran tradición zapatera como Alaior, una gran cantidad de vecinos y vecinas han empezado a elaborar mascarillas por su cuenta y por sus propios medios, con los materiales que pudieran tener a mano en casa.
La empresa Pons Quintana, quien, bajo la dirección del Consell Insular de Menorca, ha participado en la producción de estos materiales destinados al Hospital Mateu Orfila, ha tenido la desinteresada iniciativa de elaborar mascarillas no homologadas para su distribución gratuita entre los trabajadores de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Alaior y para la Policía Local.
A la vista del dramático desabastecimiento de mascarillas existente, entre otros elementos de protección, José Luis Benejam, alcalde de Alaior, ha agradecido a Pons Quintana su iniciativa y buena voluntad, destacando que de esta manera, ayudándonos los unos a los otros, podemos dejar atrás esta crisis antes y en mejores condiciones. También ha valorado positivamente que, de este modo, se haya proporcionado un tejido más adecuado a quienes brindaron su ayuda cosiendo desde casa.
Este mediodía, Santiago y Magda Pons-Quintana Palliser, han hecho entrega al alcalde de la primera remesa del material donado al municipio de Alaior, señalando que para ellos y todos los trabajadores que voluntariamente han trabajado en esta iniciativa ha sido estimulante llevarla a término y que siempre han estado y estarán a disposición de sus vecinos.
El material con el que se producen las mascarillas está certificado, pero las mismas no son homologadas, no cumplen los requisitos necesarios para una protección completa y deben ser esterilizadas antes de su uso. Aun así, si son desinfectadas, pueden usarse en varias ocasiones. Estas mascarillas no son aptas para evitar que quien las lleve sea contagiado pero sí contribuye a evitar que quien las emplea pueda contagiar a otras personas. Por ello, a falta de otras homologadas, de mayor eficiencia sanitaria, y mientras estas no lleguen, se considera que pueden servir de ayuda, siempre que no se trate directamente con personas portadoras del virus.